El papel del cuscurro de pan en la fabricación onírica de trompos de Rutherfordio (VOS Spa DivX HD 720pp)

“Y entonces mientras se cercioraba de que el color de sus pestañas fuera igual de constante que el de su células escrotales diploides, dijo a sus discípulos: Fransia, en verdá, ej un paíh de toma pan y moja, por el amor de Ana Torroja” (Deuteronomio Apócrifo, capítulo √4 versículo π)

Hola comeMIELdas (insulto gratuito patrocinado por mieles La Granja San Francisco) He querido comenzar esta entrada tortura para la vista, inteligencia y bazo peristáltico con una cita pseudobíblica no por las consecuencias psicosomáticas de la población de Boca Ratón tras la operación de fimosis de Aaron Carter, allá por el 94, sino por algo que entenderéis a medida que avanza el post (o no) y vuestra mente se va estrujando cual medusilla transexual que creyó estar en el mar negro pero resultó encontrarse dentro del sobaco de un grillo acuático gigante muy disgustoso que, a pesar de todo, le enseñó a amar el oficio de deshollinador de chimeneas subacuáticas (exactamente así).

Para comenzar, debo remontarme muy lejos, ya que no escribo casi desde que las gomas de bazar mozárabe se usaban como anticonceptivo anal en peces turquesas con tufillo a genital de anciano usado (imagen escabrosa y soez). Exactamente dos mediodías antes de eso. En estos meses han pasado muchas cosillas Erasmus nuevos que han venido y se han ido, algún que otro viaje y sobre todo, con mayor importancia, el cambio de gomina de Berlusconi (patrocinado por Deliplus, tu gomina de confianza)

El caso es que os quiero relatar donde pasamos Claudilla (también llamada “a comer” por sus padres a la hora de la cena aun no sé bien por qué) y yo con mi pichurrina de tintes feudalista-cervicales (yo tampoco lo entiendo) ese periodo mágico que muchos llaman Navidad, pero que otros conocen como Churripatieso, en particular los terratenientes charcuteros de la tribu urbana antieclesiástica del sudeste de Sri Lanka cuya habilidad para piratear la Megadrive con el pensamiento les ha hecho famosos en los foros gestionados por gordinflones con periquitos amarillentos de mascota sexual. Resulta que fuimos a Madrid y no a Torredonjimeno, como pensamos en un primer momento, donde estamos amenazados de suerte (tortura basada en tirar números 13 diseñados en papel charol, apuntando directamente a la parte posterior de las rodillas y provocando un deshonor comparable a olvidarse el cortauñas dentro de la impresora de tu profesor particular rapero). Pasamos la Nochevieja en casa de mi hermana, cuyo nombre no puedo desvelar ya que se reencarnaría en un ornitorrinco de peluche tóxico y nihilista, y su noviete, rimando con culete (licencia retórica de poetrasto mierder número 1) Víctor. He aquí las pruebas gráficas de tal periodo:

Pero no todo fue ir a Madrid y prostituir gurripatos hindús, antes de eso estuvimos un par de semanas por la tierra del mollete enharinado, también conocida como Antequera. En esta foto nos encontramos en el Torcal que a Claudia, a pesar de no creerse que lo construí yo durante el Sexenio democrático con una cucharilla de zinc y una Baticao, le gustó mucho (en realidad la cucharilla era de cadmio)

 "Visto lo visto, me desvisto y me tiro el pisto" parecía decir Xisco Franciscote mientras le sacaba esta mágica instantánea (alta probabilidad de que eso no sea cierto). Pues un día cocinamos pisto casero, cuyo sabor fue delicioso gracias a mi técnica en el cortado de habichuelas persas (a pesar de que el pisto no las lleva), en el caso de existir tal verdura... La misantropía del momento hizo que Claudia quisiera escapar, razón por la cual quiso hacerse pasar efímeramente por el Dioni con escabrosos resultados que hicieron aumentar la prima de riesgo de Andorra.

Aquí sí que estamos en Madrid el día de nochevieja. Somos por orden ascendente de chakra de izquierda a derecha: Víctor, Maria José (que se transformará irremediablemente en un ornitorrinco al desvelar su nombre), Claudia, yo y Timoteo  Meneillos (mi amigo imaginario escandinavo-peruano, que me maltrata mientras duermo poniéndome grapas en el pezón derecho los martes de los meses cuyo nombre tiene más de una sílaba átona). Por supuesto, no me olvido del más importante de la foto, el señor Coke, que se encuentra en los brazos de Víctor como pidiendo libertad para crearse un blog en Geocities (sitio muy trendy, siempre tras el chat Terra y los Spaces de messenger, según mi otorrino transexual)

Si os habéis recuperado ya del ictus fecal tras las fotos y dejado de lamer vuestro posavasos polveroso preferido, continuamos. La verdad es que si algo ha tenido este nuevo año, además de un descenso en el número de pizzas de cartonpiedra arrojadas bajo mi cama por el duendecillo malvado austro-checheno de cejas en forma de pandereta desafinada, es que se han hecho nuevas fiestecicas con los nuevos fichajes forliveses, que con el permiso de la CIA y el FBI, y gracias a haber comprado calzoncillos colganderos de tela translúcida, sé que queríais saberlo, os los puedo enseñar de manera gráfica, nostálgica e incluso frantomática (en el caso de designar algo ese término)

He aquí una de las fotos más decentes de todas las fiestas que hemos hecho en la casa (ya casa antigua) de Laurita con sus excompis polaca y griegas. En esta foto somos casi todos españoles, como no tengo ganas de iros describiendo uno a uno quienes son os animo a fijaros en el payaso de cartoncillo que está al lado del altavoz, si lo queréis lo podéis tener solo por 1 euro y las escrituras de vuestra casa, escribiendo una carta a la dirección C/ Churritos frescos nº 69,5 con una estampita de Doraemon en lugar de sello y echandola en lugar de a un buzón dentro de la boca de la próxima cajera de súper que veáis bostezar. Siempre y cuando no se llame Puri, por dios, no somos de esa clase de gente...

Si algo caracterizaba nuestras fiestas, además del alto grado etílico y las pelucas genitales con el símbolo de batman y la textura de la barba del mocito feliz (sé que os gusta imaginarlo) es el hacer una macro sangría en un cubo de fregona (obviamente dejando solo un culillo de salfumán), que al final acabábamos bebiéndonos directamente del cubo, transmitiéndonos herpes y tifus la alegría de vivir los unos a los otros. Esta foto en concreto, corresponde a la fiesta de despedida de Martyna, que tras la borrachera se quedó dormida y perdió su vuelo a Varsovia (de donde es) por lo que se pilló otro vuelo para Amsterdam, algo que tiene toda su lógica (probablemente lo único verídico del post)

Hubo más viajes, como al carnaval de Ferrara, pero son imágenes que me han requisado los matones tuertos de ardillitas con mononucleosis de Canillas del Aceituno por suponer una fisura en el sistema de seguridad de los hidropedales con tobogán azul de la isla de Perejil. En esta instantánea estamos en Bologna por San Patrick, fiesta para la que decidimos que nadie podía llevar nada verde (en honor a la asociación de daltónicos de Poggiobonsi). En esta foto estamos Rackel, yo, Laurita, Rober, Natalia (sonriente tras haber descubierto que los mondadientes ya no son obligatorios durante el síndrome premenstrual) y Pablillo. Había mucha más gente como Laura Cifu, las chicas vascas, Cesc o Silvinha, pero no aparecen en la foto por estar formando el cordón policial alrededor de la misma, ya que la gente de Bologna nos tiraba muelles de boli y tapones de plástico de botellas de Nestea a los genitales, gritando algo en arameo y con carpetas forradas con fotos de las Spice Girls.

A pesar de mi cara de natilla descremada cuyo gluten se ha desvanecido cual cera de oídos de mulato por razones obviamente taoístas; me lo estaba pasando bien. Esto fue un conciertillo al que fuimos ilusionados cual magdalena que ha visto todos los vídeos de Magic English! y ahora le llaman cupcake, pero volvimos cual sepia que perdió su ábaco en algún poyete de cocina del condado de Alabama, ya que el concierto fue algo MOJÓN (mayúscula innecesaria). En la foto aparecen Chiara y Lucia (compañeras de piso de Claudia y sesadoras de gaviotas durante el solsticio de verano)

Jolines angelines. Clarines y timbales, ha llegado lo que más esperábais después del descorazonador oxidado de azucarillos pentagonales: es la letra gayer!!! Siguiendo con nuestra costumbre de viajar a sitios baratos donde beber alcohol chungo sin pagar más de lo que pagarías por verme bailar el waka-waka vestido de espinete lugares de exótico calado donde cultura e idiosincracia se reúnen a la hora de cenar con estilados peinados, cuáles bonsais cuyas hojas son prostituidas por abejas proxenetas e incluso procariotas.... Visto que han cerrado el aeropuerto de Forlì (esto puede ser casi lo único verídico de la entrada) y no se permite viajar con puercoespines pegados con cinta aislante a bombonas de butano en la maleta (reminiscencia potorrera) decidimos irnos a Ferrara y más adelante, a la playita Toscana, dónde a pesar de llevarme una desilusión al no encontrar al Marianico el Corto italiano, lo pasé genial acompañado de mojitos, sol y pinzas de la ropa parlantes que me enseñaron a recitar poesía antisemita en esperanto (quizás esto último solo sucedió en mi cabessita)

Fuimos a muchos sitios Bolgheri, San Gimignano... y a varios sitios de la costa toscana. En este momento estábamos en una pineta al lado de la playa escuchando un conciertillo mientras bebíamos birrica y mojito. La verdad es que moló mucho, especialmente de admiración mi corte de uñas estilo glossy rococó, para lo cual busqué un ingeniero aeroespacial  con alicates de plasticucho monodosis y una esponja hecha de papel charol como credenciales.

Aun que fui con Claudia, no pude desaprovechar la ocasión de intentar ligar con una abuela color terracota en Bolgheri. Razón por la que he sido denunciado ante la Comisión Internacional de piscifactorías judío-ortodoxas, aun así me llevaré esta foto como un recuerdo que guardo en lo más profundo de mi riñón (es donde suelo almacenar este tipo de cosas)

      Como bien sabréis si os ha llegado mi circular imaginaria en vuestro buzones astrales, estoy buscando curro cual cocodrilo que pensó que sería buena idea escuchar una saeta sin haberse lavado las pezuñas traseras (menudo inconsciente...). El caso es que lejos de encontrar alguna ocupación, no he encontrado ninguna ocupación (fórmula de telediario odiosa) He hecho muchas entrevistas en las que os aseguro que no he enseñado mi pene fingiendo que es el péndulo de un reloj cucú (normalmente eso lo hago en la primera reunión de trabajo) pero en pocas me han cogido y sobre todo en ninguna o casi ninguna me ofrecían dinero a cambio por trabajar. Por lo cual actualmente doy clases particulares de español a gente que obviamente no saben donde se meten y algún otro proyectillo más que los peces gordos de Bombay Street no quieren que sepáis, ya que comprometería la seguridad del pez martillo de la polinesia húngara del norte.

     No obsTangte (publicidad inoportuna de la bebida del verano) y os lo digo con la odiosa maravillosa letra mierder me cogieron para un trabajo por el cual entenderéis mi cita bílica (del líquido pancreático) del inicio. Resulta que un día tras afeitarme el perineo con el pelapatatas de mi primo exhibicionista imaginario Michel McHannigham, recibí una llamada de un tipo con voz de pitufo, cuya modulación es la típica de alguien que consulta en Wikipedia el significado de la palabra diarrea mientras lame una olla con costras de pure de calabacín. Este tipo me dijo que buscaban a alguien que traducido sería un consejero cultural, y yo que conozco las medidas del pene del David de Michelangello me sentí más que preparado para el puesto.

Tras preguntarme insidiosamente qué mierdas de trabajo era eso y sobretodo qué significaba insidiosamente, le dije que sí a la entrevista. El día antes de la misma, me advirtió que ellos se dedicaban a la venta de obras de arte religioso; como a mí me empezó a oler ya a chamusquina (se me quemaba el café que llevaba una hora en la hornilla) y me parecía algo raro, le pregunté si lo que buscaban era un vendedor puerta a puerta, algo que me negó con la misma vehemencia de un caucásico que pretende tener la misma efectividad de una mitocondria de ciervo mientras cabezea el hígado del nuevo bebé de su suegro. 

Letra molesta ON!! El caso es que acudí a la cita, y el tipo era algo así como un niño predicador al que los años le han tratado como una esponjita para callos con la foto de Pitingo adherida, y me dijo que el trabajo era de vendedor de biblias a domicilio. Tras aguantar el tipo (gracias a mí no descendió el tipo de interés de los préstamos a empresas manufactureras de matasuegras de metal) y la compostura durante su charla, le dije que le contestaría si aceptaba o no el trabajo. Y ahora soy vendedor de Biblias!!!! Que nooooo, obviamente no acepté, además no había nada de paga fija, todo a comisión y no creo que a un ateo se le dé bien ese tipo de trabajo por mucho marketing que sepa... Dada la ausencia de fotos de esta experiencia religiosa, os pondré esta simulación de nuestro encuentro:

La verdad es que me recordaba a alguien, creo que es el tío político del tipo de espárragos La Carretilla (publicidad innecesaria), el caso es que por los nervios del momento decidí reducir mi cabeza en un 22,33 %  y el diámetro de mi ombligo (aunque esto no aparezca en la foto) Como véis, en la foto se coló un paparazzi que nos dijo que usaría el vídeo como introducción al de la Comunión de su hijastra favorita. 

Bueno, admiradores de la tipografía Cambria, esta maxientrada está con-cluyendo (Cluyendo es mi primillo moldavo) y llega a su fin. No sin antes relataros la visita familiar que tuve por mi cumpleaños en la que vinieron mi madre, mi hermana y mi tía a Florencia, donde fuimos a conocer Cortona y tuvieron lugar una serie de cenas familiares muy musicales y cremosas. Os muestro algunas fotos de estos momentos tiernos, cual flacidez eréctil de un lobo anciano que no acierta a levantar la pata para hacer pipí...

En esta instantánea estamos todos celebrando mi cumple en Florencia, incluyendo en el sector de la izquierda al padre, madre y hermano de Claudia, y en la derecha mi madre, hermana y tía. La verdad es que fueron unos días muy buenos y especiales, y les agradezco a todos la sorpresa, no olvidaré nunca mi 24 cumpleaños, seguro.

No obstante, me he puesto demasiado tierno con la foto anterior por lo que os dejo esta imagen de bella factura, para rebajar los niveles del blog de nuevo a lo despreciable y soez. Como podéis comprobar mi sex appeal está en aumento en Italia, sobre todo con el dedito en la boca estilo Mondonguito y con el sombrerillo de gayer destructor. Si quieres esta misma foto pero sin camiseta y tamaña poster, envía 4 tapas de yougurt Yoplait al apartado de correos de La Banda del Sur, acompañado de diez billetes de 50 euros, naturalmente.

A pesar de lo que parece, no, no estamos en el entierro del payaso de Micolor; esto fue en Forlì en la fiesta de la escuela de intérpretes (donde estudia Claudia). La temática de la fiesta era la elegancia, la falta de la misma, algo así como la fiesta hortera. No sé quien ganó el concurso pero mi bañador ochentero con la camiseta por dentro y americana hizo vomitar a una cuarentena de gatitos recién nacidos provocando el colapso de las líneas telefónicas de Albuquerque (algo del todo lógico) A mi lado, de derecha a izquierda, a lo japonés sagimori: Marina, Giulia, PersonaAleatoriaMorenaCuyoNombreNoRecuerdo, Chiara e Irene.

Básicamente esto ha sido todo lo que ha pasado por mi vida desde la última entrada, omitiendo lo del extraterrestre sarasa que pretendía conquistar Forlimpopoli con un palitroque de goma sospechosamente grisáceo cuyo hedor recordaba a la axila sudada de un camionero peludo de la ruta Matalascañas-Cabeza del Buey.

Obviamente no podía irme sin dejaros esta imagen con la que espero que soñéis hoy. Intentaba imitar un buzón celestial con cartas extraviadas debido al magnetismo de Pocholo en las inmediaciones de Campillos, con antieróticos resultados.

Hasta la próxima entrada patatinos y recordad que si el grajo huele a ajo debes lavarte el badajo (o algo así)

 Ciaooooooo!!